El jefe comunal estuvo acompañado por distintos miembros de la Casa de Derechos Humanos de Curuzú Cuatiá y también por el Diputado Nacional Carlos Rubín y la Diputada Provincial Alicia Locatelli. Las autoridades presentes y losrepresentantes de la distintas entidades e instituciones, quitaron el velo e inauguraron la Señalización del Sitio de la Memoria que expresa en lo más alto: “Aquí funcionó el centro clandestino de detención y torturas CAMPO HÍPICO DE GOYA”, con la leyenda: MEMORIA – VERDAD – JUSTICIA.
Además, se señalizó la “CASA DE LAS PALMERAS”, que fue recorrida a pie, con los 27 ejemplares que simbolizan a otros tantos desaparecidos, hasta llegar a donde se levantó un escenario en el Campo Hípico, y que fuera señalizado como Sitio de la Memoria.
En tanto, el Director Nacional de Formación en Derechos Humanos de la Secretaría de Derechos Humanos de la Nación, Matías Facundo Moreno, agradeció y reconoció el trabajo para concretar ese acto histórico en Goya con el acompañamiento del Intendente Bassi. “No es casualidad que las palmeras que representan a los desaparecidos estén emplazadas en la Avenida Obispo Devoto, ya que resume la dignidad, coherencia y compromiso por el otro durante esos años oscuros”, dijo el funcionario y afirmó que “Goya está reivindicando y haciéndose cargo de sus desaparecidos”.
Las personas detenidas en el Campo Hípico eran alojadas en la denominada “Casa de las Palmeras”, ubicada sobre la ex avenida Sarmiento, o en la guardería de lanchas junto al Riacho Goya, conocida como “La Pajarera”. En ciertos casos eran derivadas a otros centros clandestinos de reclusión de la zona y/o a las cárceles de las ciudades de Corrientes y Resistencia. Algunas de ellas permanecen desaparecidas.
El actual Obispo de Goya, Monseñor Ricardo Oscar Faifer, afirmó que “los actos de hoy llegan al corazón”. Sobre Devoto dijo que “su figura fue moderada por las convicciones en el Evangelio, que el compromiso social que vivió a fondo fue acompañado por su fe en Cristo y de su pertenencia eclesial. Sería parcial una mirada de su accionar solo desde el punto de vista social, ya que la vida de un sacerdote es inseparable de su ministerio”.
